La reducción territorial que históricamente vivió la población yagán, desde su contacto con los primeros europeos, fue haciéndose mayor con la instalación de los Estados chileno y argentino, la formación de la Base Naval de Puerto Williams (ex Puerto Luisa) y la creación del Municipio en 1986.

Llama la atención, por un lado, las numerosas intervenciones que buscan la mantención de su cultura, y por otro, la falta de abordaje a aspectos fundamentales para ello. A la fecha, el sector de Villa Ukika, formado por intervención de la Armada de Chile en la década del sesenta, aún no forma parte del Plan Regulador del municipio. Existen familias que utilizan agua de río y no tienen alcantarillado. La brecha hoy es mayor por las intervenciones que realizadas por el Plan de Zonas Extremas, donde las obras se diseñan hasta el límite natural y simbólico con Villa Ukika. Si no fuese por instancias de participación que son obligatorias por la aplicación del Convenio N° 169 de la OIT, el sector de Villa Ukika no habría sido considerado y seguiría siendo el margen del pavimento que ha transformado a Puerto Williams. Continua siendo el margen en el mejoramiento de las viviendas que se ha realizado en la ciudad, ante lo cual, la comunidad ve con preocupación que los recursos que están disponibles no puedan ejecutarse por la burocracia que se instala en cada iniciativa que se les propone.

Si el objetivo es potenciar el desarrollo de una comunidad que se utiliza en cada momento como emblema, ¿cómo no facilitar realmente este desarrollo? Además, la comunidad yagán experimenta las mismas problemáticas que se viven a nivel comunal como: baja oportunidad laboral, alto costo de la vida, baja conectividad y aislamiento. Sin embargo, representa un grupo que ha sido segregado históricamente y que ha reaparecido a nivel local por la necesidad de cumplir con la normativa internacional.

Con la instalación del municipio, se remarcan los límites que provocan una gran diferencia en la población, lo naval y lo civil. Si bien en un principio la Armada buscó cercanía con los residentes yagán, integrándolos a la vida de la base, la creación del municipio significó la llegada de una nueva autoridad que debía velar por la comunidad de civiles. De esta manera, se fueron desprendiendo beneficios que existían como la compra en el supermercado naval, con precios a bajo costo y la ayuda social permanente.

La comunidad yagán, como organización funcional “Comunidad Yaghan de Bahía Mejillones” fue creada a partir de la Ley Indígena 19.253 en 1992. Pese a las dificultades que ha experimentado desde su formación, principalmente porque la modalidad de organización planteada no se sustenta en la forma tradicional, ha logrado ocupar un lugar a nivel regional y mantenerse en el tiempo, dando una nueva significación a este tipo de organización, la que en base a las capacidades y aportes de cada familia, ha resistido a pesar de los impactos vividos desde, al menos, el siglo XIX.