Hablar respecto a si mismo siempre ha constituido un desafío, y narrar y describir tu propio quehacer también lo es. Nos hemos dado cuenta de aquello en las múltiples ocasiones en que hemos ayudado a instituciones y organizaciones a relatar su historia, volviéndose aún más evidente ahora que intentamos abordar la nuestra. La memoria se vuelve frágil, se pasan por alto elementos significativos por verlos como triviales y se desvanecen en el tiempo acciones que en su momento fueron de fundamental importancia. Sin embargo, valoramos la práctica de mirarse y compartir esa mirada. Más de algún aprendizaje y nueva inspiración podrá resultar de ello.

Cuando iniciamos este proyecto en el año 2007 su posibilidad de sostenibilidad resultaba bastante incierta –y seguramente aún lo es-. Lo era para nosotras, pero también para quienes nos observaban en este empeño. Hacer de la prestación independiente de servicios un modo de sobrevivencia no parecía viable si no contabas con las redes, capital e influencias necesarias, y menos aún cuando tu profesión es la antropología social. Y aunque eso no deja de ser cierto, tener el propósito de constituir un espacio propio de desarrollo constituía un fuerte impulso para el proyecto, lograr salir de la dicotomía casi excluyente de “consultoría y saber aplicado” versus “academia y saber en sí y para sí” también lo era.

De esta manera, pararse en un espacio de posibilidades no ha sido fácil, decidir en qué “meterse” y cómo hacerlo tampoco. Se ha requerido de un proceso reflexivo constante, de mucha dedicación y también de la confianza de quienes nos dieron nuestros primeros trabajos. El proyecto Germina no ha sido fluido, ha sufrido altos y bajos, ha vivido años de magros ingresos, y ha enfrentado la necesidad de desarrollar y fortalecer habilidades de gestión financiera y estratégica para mantenerlo en marcha y llegar a los diez años de existencia, cuestiones que a veces se olvidan en los ejercicios de memoria institucional, pero que están a la base de las acciones, reflexiones y aportes que hemos podido realizar y que compartimos a continuación.

Continuando en este empeño es que hemos decidido hacer un ejercicio de memoria a propósito de nuestros diez años, con el fin de recopilar y sistematizar lo que hemos hecho. Pero, principalmente, con el objetivo de poner a disposición nuestros aprendizajes, es decir, aquellos elementos que hacen de este proyecto una iniciativa aún motivante para nosotras.

De esta forma, el documento se articula en torno a seis capítulos en los que a través de un área específica de desempeño se describe lo realizado, lo reflexionado y aprendido. Planteando también nuevas interrogantes que surgen a partir del proceso de mirar lo hecho. El primer capítulo se relaciona con la conformación de Germina como tal; el segundo aborda la temática
de pueblos indígenas; el tercero lo relativo a memoria y derechos humanos; el cuarto género y políticas públicas; el quinto participación; y el sexto desarrollo institucional. Todos ellos cruzados por una indagación de los aportes de la antropología y del quehacer antropológico en esas áreas. En términos temporales cubrimos el periodo que va de julio de 2007 a julio de 2017.